Tanto la serigrafía como la sublimación tienen sus ventajas, entonces, ¿cómo elegir entre ellas?
Serigrafía y sublimación, ¿cómo funcionan?
La serigrafía es una tecnología analógica que implica empujar la tinta con una escobilla de goma o rasero a través de una plantilla en un marco de malla fina y sobre el sustrato (tela u otro material) que se está decorando. Este proceso se puede realizar a mano en una prensa de serigrafía manual o con una máquina automática. La sublimación es un proceso de impresión digital que requiere una impresora especializada similar a una impresora de inyección de tinta. Para la sublimación, primero debe imprimir una imagen reflejada de su diseño en un papel de transferencia especial, que luego aplica al sustrato con una prensa de calor. El calor de la prensa sublima la tinta en el papel de transferencia, lo que significa que pasa directamente de un sólido a un gas sin convertirse en un líquido en el medio. Como gas, la tinta penetra en el material que se está decorando.
Entonces, ¿cuál es el método adecuado para su proyecto? Estos son algunos de los factores más importantes a considerar:
Volumen del pedido
El alto volumen en la serigrafía es como los frijoles con arroz, juntos van mejor. Cuanto mayor sea el pedido de serigrafía, más rentable será en comparación con otros métodos. Por el contrario, la sublimación requiere mucho tiempo, es cara y muy poco práctica para pedidos grandes. Los pedidos pequeños pueden ser igualmente imprácticos para la serigrafía. Para compensar los tiempos de configuración necesarios para la serigrafía, muchos talleres de serigrafía tendrán un requisito de pedido mínimo para que los trabajos valgan la pena.
Sustratos: versatilidad y limitaciones
La serigrafía es un proceso muy versátil, que le permite imprimir en prácticamente cualquier prenda en cualquier lugar y en casi cualquier sustrato además de las camisas, aunque es más fácil en superficies planas y se usa más comúnmente en ropa. Si bien la sublimación también le permite decorar casi cualquier producto (en particular, pancartas y banderas), cuando se trata de camisetas, sus opciones son más limitadas. Una de las mayores limitaciones de la sublimación es que solo funciona con poliéster u otras prendas sintéticas especiales, por lo que las camisas de algodón no son una opción. Si bien ofrece impresiones vibrantes, solo funciona bien en prendas blancas o de colores muy claros. La sublimación no será muy visible en sustratos oscuros. La serigrafía, por otro lado, se puede aplicar a prendas de casi cualquier material y color.
Configurar de los trabajos
Quizás la mayor limitación de la serigrafía es que solo puede aplicar un color al sustrato a la vez, por lo que los diseños multicolores requieren múltiples marcos con diferentes colores de tinta que deben estar correctamente alineadas, o registradas, para que las capas se alineen correctamente en la impresión final. La configuración de la serigrafía es bastante laboriosa, especialmente para trabajos multicolores. Para la sublimación no tiene que preocuparse por alinear capas separadas de tinta; este método imprime todos los colores a la vez. La sublimación también le permite personalizar diseños individuales más fácilmente que la serigrafía, lo único que tiene que hacer es cambiar el archivo de arte e imprimir una nueva transferencia; en cambio la serigrafía requiere la preparación de una pantalla completamente nueva.
Abordar diseños complejos
Tanto la serigrafía como la sublimación son capaces de reproducir detalles finos e imágenes fotorrealistas. La sublimación siempre utiliza combinaciones de tinta CMYO (cian, magenta, amarillo y capa transparente) para producir el color que desee, por lo que las imágenes fotorrealistas no requieren una configuración adicional. La serigrafía, aunque es más adecuada para diseños más simples, puede lograr el mismo resultado utilizando técnicas llamadas cuatricromía o impresión de proceso simulado, que recrean imágenes fotorrealistas utilizando cuadrículas de puntos diminutos. Esto requiere algo de práctica para hacerlo bien, tanto en la prensa como en la creación del arte, ya que los puntos deben alinearse cuidadosamente para obtener el resultado deseado.
Si bien la sublimación le permite crear fácilmente impresiones detalladas, estas se obtienen a expensas de las posibilidades de efectos especiales. Por naturaleza, la deja una impresión plana que se absorbe en las fibras de la prenda. La serigrafía le permite utilizar tintas especiales para crear una gran variedad de efectos, desde diseños de láminas, reflejos y láminas de metal brillante hasta impresiones en 3D con tinta de hojaldre.
Creación de impresiones cómodas y duraderas
Tanto la serigrafía como la sublimación de tinta pueden producir impresiones con una sensación suave al tacto. La tinta de sublimación por naturaleza impregna el material del sustrato, por lo que la impresión final no tiene un peso notable, dejándote con una prenda más cómoda. Esto también se puede lograr con la serigrafía utilizando tinta a base de agua o de descarga, que también impregna la tela (la tinta de serigrafía plastisol se asienta sobre la tela, creando una impresión más pesada). Ambos métodos, cuando se ejecutan correctamente, producirán impresiones duraderas que no se agrietarán ni se desvanecerán después de varios lavados.
Las impresiones por sublimación de tinta se curan con la prensa de calor durante la aplicación del diseño, mientras que la tinta de serigrafía debe calentarse después de la impresión para un curado adecuado. Eso significa que para producir serigrafías en cualquier volumen, necesitará un secador de cinta transportadora.
Tanto la serigrafía como la sublimación son métodos valiosos y versátiles para los decoradores de prendas y productos promocionales. Ambos procesos tienen aspectos positivos y negativos, proyectos para los que son más adecuados y proyectos que no funcionarán tan bien. Podría ser una buena idea considerar la posibilidad de ofrecer ambos servicios en su imprenta, de modo que pueda aprovechar las ventajas de cada uno para ofrecer a sus clientes impresiones de calidad en cualquier volumen y, al mismo tiempo, mantener sus márgenes de ganancia lo más altos posible.